El Compás

El Compás es un símbolo universal que forma parte de la Tradición Primordial. 
El Compás está formado por dos brazos agudos unidos en su extremidad superior por un eje para que pueda abrirse o cerrarse en diferentes grados y que sirve para trazar circunferencias o arcos y tomar distancias con el objetivo de formar un Círculo, que es el Universo en sí mismo.
El Compás es la herramienta simbólica que nos permite delimitar el alcance del Mundo, siempre extendido hacia el infinito y más allá. 
Decía Guénon en su artículo «Entre l’équerre et le compas» (cap. XV en “La Gran Tríada”): “En el simbolismo masónico, el compás está colocado normalmente arriba y la escuadra abajo; entre los dos está representada generalmente la Estrella irradiante, que es un símbolo del Hombre y más precisamente del hombre iluminado y que completa así la representación de la Gran Tríada”. 
Pero si vamos allá y damos un salto hacia Oriente encontramos lo siguiente en la leyenda de Fu-Xi, el padre de la Civilización China y quien legó el I Ching al Ser Humano.
En la tradición extremo oriental, no solo se presupone implícitamente que sirven para trazar el círculo y el cuadrado, sino que ellos aparecen expresamente en algunos casos, especialmente como atributos de Fu-Xi y de Nü-Wa, lo cual nos lleva a la leyenda fundacional del I Ching. 
El Compás, símbolo «celeste» y por tanto yang o masculino, pertenece propiamente a Fu-Xi, y la escuadra, símbolo «terrestre», y por consiguiente yin o femenino, a Nü-Wa; pero cuando son representados juntos y unidos por sus colas de serpientes (que corresponden así exactamente a las dos serpientes del caduceo), es por el contrario Fu-Xi quien lleva la Escuadra y Nü-Wa el Compás, lo cual es una clave simbólica fundamental para entender la relación de profunda complementariedad simbólica que une a los principios del Yin y el Yang. 
La vida es un Cambio permanente y este se sucede, inexorable, alrededor de un centro fijo e invariable que en su estabilidad permanente constituye la esencia del propio cambio, al igual que lo pueden ser en movimientos naturales observables, tales como la renovación de los ciclos naturales de las estaciones, la alternancia entre el dia y la noche o en ciclos vitales como la respiración o el ritmo cardíaco aunque como referencia axial, este Centro permanece fijo e independiente de las revoluciones de la Rueda del Tiempo, uno de los símbolos más universales del cosmos cíclico presentes en innumerables tradiciones (el Zodíaco, el Kalachakra budista o el Cordón de los Doce Nudos en Masonería, por tomar tres ejemplos al azar).
El sabio Ibn Arabí identificaba en este ciclo un símbolo del proceso iniciático y una oportunidad para el autorreconocimiento de la propia identidad divina cuando escribía: "Por esto, dice el maestro, retorna el brazo del compás al punto mismo del inicio cuando alcanza el objeto de su existencia, y enlaza el final del asunto con su origen. Se enlaza su eternidad sin fin con la eternidad sin principio, puesto que no hay sino una existencia continua bajo un aspecto estable y permanente" (Las iluminaciones de la Meca". Ed. Siruela. Madrid 1996).
El Compás, en su sentido más universal, representa al Cielo que, combinado con la Escuadra, representa la unión del Circulo y el Cuadrado: la unión del Cielo y la Tierra, de lo racional y lo intuitivo, lo exotérico y lo esotérico, lo visible y lo invisible, o si queréis, del Yin y el Yang.
Nos decía el gran iniciado Dante Alighieri en su Divina Comedia (Paraíso 19, 40- 42): "Él, que con su compás marcó los límites del mundo y reguló dentro todo lo que se ve y todo lo que se esconde"
Acertaba plenamente en esculpir la vía y el objetivo de este Blog, y es que como dijo el poeta Paul Eluard: “Hay otros Mundos pero están en este”
Convencidos de estos principios, desde este Blog intentaremos trazar con nuestro Compás el mapa de nuestras Realidades, conocidas o desconocidas pero igualmente reales con el objetivo final de avanzar hasta la consecución de nuestra Liberación como Seres Humanos que nos permita alcanzar nuestro Centro de Gravedad Permanente.
¡Tracemos pues con nuestro Compás un Universo infinito!  
Porque… ¡Aquí Todo es Símbolo!
Y nunca olvidemos que… ¡Somos Dioses!

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