Formular la pregunta de porque el I Ching funciona de manera impecable y lo hace siempre bajo cualquier circunstancia, no nos lleva a ningún resultado concluyente.
Llevo 45 años interpelándole del derecho y del revés y os puedo asegurar que no suelta prenda y en el Camino del Conocimiento, no vamos a perder el tiempo comportándonos como pequeños cientificistas ortodoxos aferrados a metodologías de investigación muy trilladas para no perder el norte y quedarnos desorientados como Zombies frente a lo Inefable.
Y no lo hace porque creo que la pregunta está mal formulada.
El mundo es y será un objeto de misterio y pretender alcanzar el punto final en el que todo se resuelve de forma capaz de ser aprehensible para nuestro sistema de conocimiento, es tarea imposible.
Lo que sí sabemos es que el I Ching
funciona de forma impecable en su vertiente oracular y la pregunta adecuada debería ser:
¿Funciona o no funciona?
¿Funciona?... ¿Verdad que sí?
Pues si funciona, entonces…para que
gastar tiempo y energía en pretender resolver un enigma que supera nuestra
capacidad de comprensión.
Este cambio de chip respecto a la Filosofía
del Conocimiento es el primer paso que deben dar todos aquellos que pretendan acercarse
al I Ching como Camino de Conocimiento, dejando colgados en la puerta todos
aquellos tics intelectuales que hemos heredado de la metodología del Pensamiento
Occidental.
De un tiempo a esta parte, existe
una corriente que intenta dar una explicación al funcionamiento del I Ching
acudiendo a las hipótesis de las formulaciones más avanzadas en el terreno de
la Física.
Se equivocan de todas todas.
Intelectualmente, es muy motivador y
hasta divertido relacionar la causa oculta que explica el I Ching con la Física
Cuántica o la Teoría de Cuerdas. Su lectura es muy interesante pero…no pasa de ser
un ejercicio especulativo más que, puede darnos una explicación plausible sobre
el gran misterio del I Ching pero que no va más allá de aquel sesudo estudio enunciado
por eminentes físicos que demostraban que un elefante podía atar su cola a una
margarita y no caerse, desafiando así la ley de la gravedad, entre otras
muchas.
Visto lo visto, el menda hace ya
mucho tiempo que no especula y que se basa simplemente en la práctica. En los
resultados.
¿Funciona? ¡Pues adelante!
¿No funciona? Pues adiós muy buenas.
Desechada pues la Gran Pregunta a una imposible respuesta, lo que puedo deciros es que el I Ching es el bálsamo de
Fierabrás que nos permitirá superar el contexto de incertidumbre en que nos
vemos obligados a tomar decisiones en nuestro día a día y a decidir con
certidumbre cual es la mejor alternativa de entre todas las posibles para tomar
decisiones sabiendo cual es la mejor de entre muchas posibles.
El I Ching nos plantea siempre
escenarios alternativos en la toma de decisiones que crean universos alternativos
e igualmente reales en los que siempre somos los “Creadores de Mundos” en base
a nuestra libre decisión, pero con un conocimiento extenso sobre el desarrollo que
tendrá cada una de las decisiones que adoptemos ante un problema en el que
nuestra capacidad de acción para optar por una vía o por otra, se encuentra
bloqueada por la incertidumbre.
La orientación que nos ofrecerá el
I Ching sobre qué camino adoptar entre los múltiples posibles, nunca tendrá ni
un carácter ni un valoración moral en términos de mejor o peor, de buena o
mala.
El I Ching solamente pondrá ante ti
una visión dinámica de las decisiones que libremente tomes, que dará lugar a escenarios
futuros alternativos (como el Jardín de los Senderos que se bifurcan, en el
sentido enunciado por J.L. Borges en su transcendente poema) pero jamás te dará
una valoración moral sobre el sentido que le des a tus acciones. Al utilizar el
I Ching, jamás hay culpa ni error alguno. Solo hay experiencia vital. Y la
experiencia vital, es simplemente tomar decisiones y solamente vivir.
El I Ching, simplemente, te planteará cuales
son las posibilidades de acción que tienes a mano para dar respuesta a tus
interrogantes en el contexto del Cambio Permanente que es la Vida misma y orientando
tu acción hacia la línea de menor resistencia, como lo haría un infalible GPS,
que te indica la ruta más eficiente pero que nunca te juzgará por haber elegido
la ruta más larga.
Porque de acuerdo con la lógica del
I Ching, tú y nadie más que tú, será quien libremente serás quien saque el agua
del Pozo de la Sabiduría y decida libremente su Destino y al fin y al cabo, el
rol del I Ching quizás no es otro que el de actuar como una suerte de Mayéutica
Socrática que permite sacar la Luz la repuesta que, sin saberlo, yace oculta en
lo más profundo de tu Inconsciente.
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